Nos pasa lo mismo con la comida.
Los colores han pasado a ser tan importantes y comunes en los alimentos que
incluso los asociamos a sabores. Rosa, fresa, amarillo, limón… incluso hay
colores que han pasado a tener apellido de comida. Seguro que conoces a alguien
que tenga el pelo marrón chocolate.
La respuesta es sencilla. El
color es símbolo de creatividad. Sobre todo en repostería creativa. Un factor importante
son los colorantes naturales, esos pequeños complementos alimenticios que con
la mínima cantidad convierte las tartas en algo llamativo y alegre. Los colores
hacen viajar nuestra imaginación y mucho más en la repostería, lugar de
texturas y sabores que nos encanta.